Para poder andar ligeros no hay que cargar mucho la mochila; sólo lo justo para poder llegar. Pocas cosas hay imprescindibles. Sólo con esas debemos emprender la marcha.
Se puede perder la brújula, pero nunca el norte. Se pueden perder los zapatos, pero nunca el camino. Se puede perder el mar, pero nunca el horizonte. Se puede perder una caricia, pero nunca el amor. Se pueden perder los papeles, pero nunca la memoria. Se puede perder todo, pero nunca perderás todo del todo.
Recuerda siempre: sólo la vida hacia adelante es vida. Hacia atrás, nada más que agua llovida